Atraer trabajadores y no empresas: el nuevo desafío de los gobiernos locales.

Uno de los grandes desafíos que afrontan las gestiones locales es combatir el desempleo mediante la generación de puestos de trabajo genuinos en la ciudad. Antes, los esfuerzos se concentraban sólo en atraer empresas para que se radicaran en el territorio y proporcionaran fuentes de  trabajo, independientemente del tipo de actividad que las mismas desarrollaran,  tanto industria, comercio, servicios, etc.

En la actualidad,  las proyecciones de los expertos indican que la industria, el comercio y los servicios comenzaron a transitar un proceso de automatización y digitalización, lo que conlleva a una drástica disminución de los puestos laborales tradicionales. Si bien es debatible el ritmo del proceso y la profundidad del mismo, la tendencia es evidente. Paralelamente, se observa que el mercado laboral de los trabajadores independientes y, en particular, trabajadores digitales se encuentra en continuo crecimiento y se proyecta que seguirá aumentando, tanto por las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías como por la necesidad de reconversión laboral. Estos factores de la actualidad obligan a los gobiernos locales a cambiar el abordaje de la problemática del desempleo, focalizándolo en las personas y no solamente en las empresas.

Ahora bien, las estrategias para la atracción de empresas y personas son muy diferentes. En cuanto a las primeras, el requerimiento es mucho más acotado y simple, ya sea contar con un polígono industrial adecuado, energía, incluso beneficios impositivos, etc. Por el contrario, en el caso de las personas, el foco debe concentrarse en potenciar el mercado local y aumentar la cantidad de habitantes que desarrollen su propio proyecto, como también incentivar a  residentes de otras localidades para que opten por mudarse y asentarse en la ciudad.

Trabajo tradicional < Trabajo digital

Los trabajadores independientes, también conocidos como freelance, son un sector creciente de la economía que se caracteriza por la capacidad de desempeñar su actividad laboral sin depender de un lugar físico determinado. Debido a esto, las ciudades que deseen atraer a estos trabajadores deben hacerlo desde una visión integral, que considere tanto condiciones laborales atrayentes, como también el ofrecimiento de una calidad de vida y servicios acorde a sus intereses y deseos.

La disponibilidad de espacios de “Coworking” (lugares de trabajo conjunto), el otorgamiento de beneficios impositivos y la realización de actividades que promuevan el desarrollo y apoyo a emprendedores, entre otras cosas, son recursos y estrategias comúnmente usados para atraer a trabajadores independientes. Asimismo, la calidad de los servicios ofrecidos por la ciudad, la seguridad, el acceso a espacios verdes, la oferta cultural y de entretenimiento, la posibilidad de convivir en un ecosistema de emprendedores que les sea útil para crecer y solidificar sus proyectos, el costo de vivienda, etc., terminarán definiendo la elección del lugar donde desarrollar su labor, y por consiguiente donde tributar y gastar su dinero.

Las tendencias actuales indican que probablemente en el futuro se acentúen los flujos migratorios, lo que hará que  algunas ciudades  aumenten su población y su economía a costa de otras que  no brindan un entorno atractivo. A diferencia del pasado, este fenómeno no será tan visible como lo es el cierre de una fábrica dejando a cientos de vecinos desempleados, sino que será un fenómeno individual y  por goteo, pero el daño para la economía local y la calidad de vida de la ciudad será aún más profundo, y difícil de revertir.

La puja entre las ciudades será por cada trabajador y lo que determinará quien gane será quien gestione mejor su ciudad.