La función de los Gobiernos no se limita a establecer mapas del delito o aplicar algoritmos que pronostiquen los ilícitos que sucederán en el futuro, sino que implica una tarea más compleja que es entender qué los motiva. Es en este punto donde los datos y las estadísticas cumplen un rol fundamental al momento de trazar un estado de situación. Identificar las características que reúnen quienes delinquen, de tal modo que permitan elaborar políticas específicamente destinadas a ellos.
El poder mapear las áreas más problemáticas con sus determinadas características no sólo permite realizar trabajos de prevención, sino también saber cuáles son las particularidades de las situaciones en las que se cometen ilícitos y diseñar políticas que prevengan la transgresión y hasta la misma intención de cometerla.
La tecnología aplicada a prevenir los delitos se ha desarrollado mucho, llegando al punto de comercializar un famoso software de Predpol que aseguran sus creadores, ayuda a predecir dónde se producirán los futuros crímenes.
Conociendo las características de los infractores: las edades, condiciones socio económicas, conformación cultural, problemáticas familiares, zonas geográficas donde habitan, etc, es posible estudiar los perfiles que nos ayuden a comprender no solamente a qué edad comienzan a cometer ilícitos, sino qué características en común tienen y cuáles son las carencias o desafíos que los lleva a delinquir. Con toda esta información se puede saber a qué conjunto de la población abordar y hasta que edad hay tiempo de llegar antes de que cometan el primer ilícito.
La obtención de datos nos permite mitigar las consecuencias y al mismo tiempo atacar las causas de los problemas.
Lo que lleva a trabajar en dos direcciones una pública y otra reservada. La pública se refiere a los mapas del delito, las zonas calientes, el detalle de los hechos ocurridos y demás datos que colaboran con la mitigación del crimen.
La otra esfera es reservada, tiene que ver con el estudio social de los datos donde su publicación podría incluso dificultar su tratamiento dado que puede llevar a respuestas sociales de estigmatización, discriminación y segregaciones que hagan aún más difícil resolver la situación.
Se trata de sumarle a la seguridad otra perspectiva y que no quede limitada a puramente a una cuestión de infraestructura, respondiendo solamente con más móviles, cámaras de seguridad con reconocimiento facial, algoritmos, armas y demás. Todo eso equivale a pensar que a una inundación se la soluciona comprando barcos y preparando lugares de alojamiento para los damnificados. Con eso se mitiga los efectos de la inundación y es algo necesario pero estamos obligados a afrontar la causas para evitar un mayor número de víctimas y victimarios.
Es por ello que la gestión pública basada en datos ciertos permite generar políticas proactivas que se anticipen a los hechos y evidenciar en las estadísticas los resultados de estas acciones, aplicando una menor cantidad de recursos para alcanzar una mayor cantidad de resultados.