Tecnología = eficacia + eficiencia
La utilización de la tecnología en la gestión pública hace que ésta sea más eficaz y eficiente.
Así como el sector privado está atento a los avances de la tecnología a fin de aplicarlos en sus actividades para de este modo reducir sus costos y mejorar su productividad, el sector público debe hacer lo mismo.
Teniendo en cuenta que los recursos económicos con los que cuentan los gobiernos siempre son escasos en comparación con las demandas que debe afrontar, sumado a que su accionar incide en la vida social de forma mucho más profunda y abarcativa que cualquier empresa privada, es una obligación que haga un a correcta asignación de sus recursos. Y la tecnología representa una de las mejores inversiones en las que un gobierno puede destinar su dinero. No solamente porque la aplicación de los avances de la técnica signifiquen una mejora en la calidad de vida de las personas, sino que también su aplicación genera un ahorro para el Estado. Por supuesto que como toda inversión, en un principio genera un gasto, pero es un gasto que se amortiza al poco tiempo.
Si pensamos en una administración pública que pase de atender al público durante 8 horas diarias a hacerlo durante las 24 horas del día, sin la necesidad de que el ciudadano se traslade hasta la dependencia, sino que pueda realizar sus trámites desde su hogar, y todo esto sin incorporar más personal. Se mejora el servicio, se ahorra tiempo y dinero al ciudadano y también se le ahorra tiempo al personal administrativo que en vez de atender a tanta gente puede dedicar su tiempo a otras tareas.
Si se pone a disposición de la población, por ejemplo, la plataforma que permite medir el consumo eléctrico en tiempo real, esto permite que cada persona sepa cuánto está consumiendo y por ende cuánto puede ahorrar. Lo cual resulta en una disminución del consumo eléctrico. Lo que implica no sólo un ahorro económico para los consumidores sino un mejor servicio ya que no será victima de colapsos energéticos por culpa del alto consumo.
En fin la lista de ejemplos es muy amplia, podría enumerar los beneficios en la educación, el tránsito, la salud, la seguridad, etc. Lo que hay que comprender es que la inversión en adquirir tecnología no es un lujo que sólo se pueden dar las sociedades ricas. Es más: son las sociedades más necesitadas las que requieren de forma más imperiosa la inversión en tecnología, porque son estas comunidades las que no pueden darse el lujo de despilfarrar sus escasos recursos. Una sociedad con altos ingresos per capita puede disponer de dinero y tiempo para acceder a la salud, a la educación, realizar trámites, y demás. Pero cuanto más humilde es una sociedad y por ende su Estado, más eficiente y eficaz debe ser para hacer una correcta asignación de sus escasos recursos. Y la tecnología es la herramienta que le va a permitir ahorrar tiempo y dinero tanto al Estado como a los ciudadanos.